Los caminos de la educación y la familia lo llevaron primero a Tremp. Dios lo destinaba a fundar una congregación religiosa con dos ramas, masculina y femenina.
Con aprobación del obispo, el 1864 había empezado a congregar a los primeros compañeros y había empezado a configurar una comunidad religiosa con sus reglas y constituciones. El día 2 de febrero de 1870, fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el templo, fue un día clave para José Manyanet. En la pequeña capilla del colegio San José, de Tremp, consagró su vida a Dios, junto a cuatro compañeros. Al carácter de sacerdote unió la condición de "religioso". Tomó el compromiso de vivir totalmente consagrado a su vocación de servir a la familia mediante la educación, encarnando radicalmente los consejos evangélicos.
Eligió esta fecha con mucho cuidado, porque en ella intervienen todos los miembros de la familia de Nazaret. El religioso o religiosa se presenta en el templo a hacer ofrenda de su vida en la consagración, tal como Jesús fue ofrendado por su familia humana: José y María.
Con este acto se convirtió en el fundador de los "Hijos de la Sagrada Familia". Unos años más tarde, el 12 de octubre de 1874, fundó en Talarn la rama femenina, hoy conocida con el nombre de "Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret".
Era "una familia para las familias", como dos ramas de un mismo árbol, que abarcaba a todos los miembros de la familia: ofrecía educación cristiana, según el modelo de la Familia de Nazaret y bajo su amparo, a los hijos e hijas, futuros padres y madres de una familia regenerada según el modelo querido por Dios.
Las dos congregaciones no tardaron en instalarse en Barcelona, especialmente en los barrios de inmigración y de gente trabajadora, y de extenderse a otros lugares del principado.
Hoy trabajan en escuelas, residencias, misiones y parroquías en diversos países de Europa, América y Africa.
Aquel riachuelo de alta montaña ahora fecunda numerosos hogares con las humildes aguas de Nazaret.
Fuente: San José Mañanet, profeta de la familia, por Josep Roca (2007).
Con aprobación del obispo, el 1864 había empezado a congregar a los primeros compañeros y había empezado a configurar una comunidad religiosa con sus reglas y constituciones. El día 2 de febrero de 1870, fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el templo, fue un día clave para José Manyanet. En la pequeña capilla del colegio San José, de Tremp, consagró su vida a Dios, junto a cuatro compañeros. Al carácter de sacerdote unió la condición de "religioso". Tomó el compromiso de vivir totalmente consagrado a su vocación de servir a la familia mediante la educación, encarnando radicalmente los consejos evangélicos.
Eligió esta fecha con mucho cuidado, porque en ella intervienen todos los miembros de la familia de Nazaret. El religioso o religiosa se presenta en el templo a hacer ofrenda de su vida en la consagración, tal como Jesús fue ofrendado por su familia humana: José y María.
Con este acto se convirtió en el fundador de los "Hijos de la Sagrada Familia". Unos años más tarde, el 12 de octubre de 1874, fundó en Talarn la rama femenina, hoy conocida con el nombre de "Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret".
Era "una familia para las familias", como dos ramas de un mismo árbol, que abarcaba a todos los miembros de la familia: ofrecía educación cristiana, según el modelo de la Familia de Nazaret y bajo su amparo, a los hijos e hijas, futuros padres y madres de una familia regenerada según el modelo querido por Dios.
Las dos congregaciones no tardaron en instalarse en Barcelona, especialmente en los barrios de inmigración y de gente trabajadora, y de extenderse a otros lugares del principado.
Hoy trabajan en escuelas, residencias, misiones y parroquías en diversos países de Europa, América y Africa.
Aquel riachuelo de alta montaña ahora fecunda numerosos hogares con las humildes aguas de Nazaret.
Fuente: San José Mañanet, profeta de la familia, por Josep Roca (2007).
No hay comentarios:
Publicar un comentario