Para las familias, la Sagrada Familia no es una simple devoción, sino el punto de referencia de la propia vida y un modelo que las acerca a su modelo original: la Trinidad del cielo.
La Sagrada Familia es la Trinidad de la Tierra porque en ella las opciones diarias y los gestos ordinarios crean una paz, un intercambio continuo de las diferencias y las cualidades, una atención al futuro y a la felicidad del otro que implican a Jesús, María y José en la misma lógica de comunión que une al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
En ella el Hijo de Dios encuentra en un ambiente humano lo que desde siempre vivía en la eternidad y de este modo tiene la posibilidad de acercar el cielo a la tierra.
Traduciendo sus pensamientos en el lenguaje actual de Tonino Bello (1935-1993), la Sagrada Familia ha sido para la humanidad y para las familias la primera agencia periférica de la Trinidad: un laboratorio que ha producido las mismas lógicas y ha vivido las mismas experiencias de comunión. Una imagen de la Trinidad que incita e invita a todas las familias a la comunión y a la paz.
José Manyanet estaba convencido de que la sencillez de la vida de las familias tenía necesidad de la mediación de la Santa Familia para acercarse y asomarse al pozo del gran misterio de Dios y para sacar agua del gran océano de paz de la Trinidad beata.
La Sagrada Familia es la Trinidad de la Tierra porque en ella las opciones diarias y los gestos ordinarios crean una paz, un intercambio continuo de las diferencias y las cualidades, una atención al futuro y a la felicidad del otro que implican a Jesús, María y José en la misma lógica de comunión que une al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
En ella el Hijo de Dios encuentra en un ambiente humano lo que desde siempre vivía en la eternidad y de este modo tiene la posibilidad de acercar el cielo a la tierra.
Traduciendo sus pensamientos en el lenguaje actual de Tonino Bello (1935-1993), la Sagrada Familia ha sido para la humanidad y para las familias la primera agencia periférica de la Trinidad: un laboratorio que ha producido las mismas lógicas y ha vivido las mismas experiencias de comunión. Una imagen de la Trinidad que incita e invita a todas las familias a la comunión y a la paz.
José Manyanet estaba convencido de que la sencillez de la vida de las familias tenía necesidad de la mediación de la Santa Familia para acercarse y asomarse al pozo del gran misterio de Dios y para sacar agua del gran océano de paz de la Trinidad beata.
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