viernes, 6 de septiembre de 2013

El culto a san José y el templo de la Sagrada Familia

JOSÉ MANYANET Y VIVES















JOSÉ MARÍA BOCABELLA














ANTONIO GAUDÍ














El culto a san José no fue una moda o un capricho de los cristianos de la época (siglo XIX, en 1870 san José fue proclamado Patrón de la Iglesia por el Papa Pio IX) sino como consecuencia de las dramáticas luchas entre obreros y patronos en el siglo XIX.

Ante la creciente lucha de clases y el odio entre obreros y patronos era lógico que la Iglesia buscara un camino que sirviera para establecer la justicia social y desterrar el odio. Por esta razón, la figura de san José, obrero ejemplar, y de la Sagrada Familia viviendo en armonía, proporcionaban un adecuado modelo para sustituir la lucha por la lucha y el odio cada día en incremento.

Nada tiene de extraño que en Catalunya este sentimiento josefino fructificara en una serie de iniciativas tendentes a glorificar al esposo de María. Está demostrado que el padre Manyanet ideó la construcción del templo dedicado a san José antes de que José María Bocabella pensara en reproducir la basílica de Loreto como homenaje a la Santa Casa de Nazaret milagrosamente trasladada a Loreto.

Es conocido que el librero y editor Bocabella creó la asociación josefina y, después de diversos cambios de idea, comenzó a pensar en la erección de un Templo dedicado a la Sagrada Familia. Ya en 1877 contó con el desinteresado concurso del arquitecto diocesano Francisco de P. Del Villar y Lozano para el proyecto de iglesia neogótica que, el día de san José de 1882 fue comenzada con la colocación y bendición de la primera piedra por el doctor José Urquinaona Bidot, obispo de la diócesis de Barcelona.

Al impulso de Manyanet y la acción de Bocabella se unió, a partir de finales de 1883, la genialidad de Gaudí que convirtió lo que hubiera podido ser un edificio religioso interesante en una obra cumbre de la historia de la arquitectura.

Joan Bassegoda Nonell: Especialista en Antonio Gaudi y Titular de la Catedra Gaudi de la Escuela T.S. de Arquitectura de Barcelona.

El texto reproducido es un extracto del prologo del libro "Manyanet, Bocabella, Gaudi, tres grandes para una gran templo".

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