jueves, 5 de septiembre de 2013

La perla de las devociones, por José María Blanquet, S.F.

Todas las vivencias de su ambiente familiar y formativo llevaron al padre Manyanet desde la devoción a la Virgen y a san José a la devoción a la Sagrada Familia.

José y María — no podía ser de otra manera— le llevaron a Jesús. El padre llegó a esta síntesis, que iba a ser el centro y el eje dinamizador de toda su vida como religioso y como sacerdote; por eso, puede decirse que Manyanet es téstigo y apóstol de la Sagrada Familia.

Era un enamorado de la Sagrada Familia en el sentido más radical y etimológico del término: "morar en"; su alma estaba constantemente atenta a la escucha de la Palabra y a la contemplación de "la convivencia familiar de Jesús, María y José".

El carisma y el don espiritual de Manyanet es captar el realismo de la encarnación del Hijo de Dios, que inició la obra de redención en una familia y mediante la colaboración de los miembros de la misma. Su espiritualidad y sus enseñanzas nunca son abstractas; nadie como María y José tuvieron con Cristo aquella profunda relación "de persona a persona", que no se fundamenta en razones abstractas o ideológicas, sino en una adhesión personal y en el amor entrañable a través de los vínculos familiares.

Una vez descubiertas las riquezas del hogar de Nazaret, el padre Manyanet trabajó incansablemente para propagarlas y exhortar a su imitación.

En España fue el primero que habló de un modo adecuado de la familia de Nazaret en su conjunto. En el año 1920 escribía el padre Fidel Fons y Noguer (1893-1938) en La Sagrada Familia:

"Es cosa para alabar a Dios la rápida y admirable propagación del culto y devoción a la Sagrada Familia, principalmente en España, debido en gran parte al padre Manyanet, quien pasará a la historia con el glorioso dictado de apóstol de la devoción a la Sagrada Familia, que parece ser la devoción providencial de nuestra época. Y los continuadores y herederos del espíritu del padre Manyanet no hemos de cejar en nuestro empeño hasta ver convertidos en hermosa realidad los deseos del Soberano Pontífice de que sea la devoción a la Sagrada Familia la perla de las devociones, como tantas veces se ha repetido, porque ella las compendia, las vigoriza y las perfecciona todas".

Manyanet trabajó con todos los medios a su alcance —libros, folletos, revistas, prácticas piadosas, como el popular Trisagio a la Sagrada Familia que compuso— para arraigar esta devoción en la Iglesia, en sus congregaciones, en las familias y en sus centros de apostolado.

Fuente: José Manyanet. Profeta de la Familia. J.M. Blanquet - J. Piquer

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