miércoles, 4 de septiembre de 2013

Obras Completas: Primer volumen, por Julio González, S.F.

"El padre Manyanet, hoy más conocido por sus obras y actividades que por su pensamiento y espiritualidad, aparece ya a través de este primer volumen como un hombre providencial que, ya en la segunda mitad del siglo XIX, sintió como prioritaria la pastoral familiar", Joan-Enric Vives Sicilia, Obispo de Urgel, p. 22 de la Presentación.

"Los grandes hombres de la Iglesia, y Manyanet fue uno de ellos, tienen la virtud de que, a pesar de ser hijos de su tierra y de su tiempo y estar condicionados por las circunstancias de su época, poseen una fuerza interior -un carisma o don especial del espíritu-, que prolonga en el tiempo la validez de su magisterio y misión. El secreto de esta fuerza que late en las obras de san José Manyanet es el prolongado cultivo de su vida interior y la experiencia contemplativa del misterio de Nazaret. 'Por lo que se refiere a su santidad -dice el papa Juan Pablo II en el breve de su beatificación-, hay que afirmar que ella tiene su origen en la Sagrada Familia (25 noviembre 1984). " (Ib.)

Nuevas aportaciones

Este primer volumen nos ofrece una mejor visión de la personalidad, el carácter y el modo como José Manyanet manejó las tensiones y los conflictos que afectan al fundador. Son muy ilustrativas las cartas en donde se recogen las dificultades que tuvo el padre Manyanet para atender los beneficios y su voluntad de renunciar a ellos si eso es lo que se le pide (p. 196-205).

También aporta nueva información la sección que presenta la "multiple actividad sacerdotal" del padre Manyanet al servicio de la diócesis de Urgel. El obispo de Urgel, José Caixal, nunca "se aburrió" en el palacio episcopal.

La situación política y los problemas con las parroquias del Valle de Aran mantuvieron al obispo y a sus ayudantes muchas veces en vilo. Ocasionalmente la salud del prelado se resentía en medio de las tribulaciones y el sacerdote José Manyanet era la persona de confianza más cercana al obispo.

Las cartas a la reina, al nuncio del Papa, de finales de la década de 1850 y primera mitad de la década de 1860, muestran una situación de inestabilidad y conflicto que el padre Manyanet vivió junto a su obispo (pp. 209-429).

Muy interesante y nueva es la sección donde descubrimos algunos pormenores de la relación del sacerdote Manyanet, entonces secretario del obispo Caixal, con algunos sacerdotes de la diócesis que estaban pasando por penas y amenazas. Manyanet no dudó en enviar a su hermano Bonifacio Manyanet para llevar consuelo y protección a algún sacerdote atribulado (pp. 416-419)

¿Párroco de Tremp?

Afirmar que José Manyanet fue párroco de Tremp puede no ajustarse del todo a la realidad, pero de lo que no cabe duda es que Manyanet fue regente de la parroquia de Tremp en uno de los momentos más difíciles de su historia.

Cuando Manyanet vuelve a Tremp en 1965 para comenzar su proyecto de fundación de la congregación de los Hijos de la Sagrada Familia, la comunidad de sacerdotes de la iglesia de Tremp estaba presidida por don Joaquín Cluet, el sacerdote que había bautizado a José Manyanet en 1833. Don Joaquín estaba casi ciego y la comunidad de sacerdotes vivía un periodo de abandono.

Manyanet era también sacerdote beneficiado de la iglesia de Tremp y dedicó muchas energías a la vida parroquial. Participaba en las celebraciones, en los entierros, tenía su confesionario en la capilla de san Bonifacio, predicaba los domingos y festivos.

Como don Joaquín Cluet estaba muy delicado de salud, José Manyanet fue su ayudante y brazo derecho en la administración de los sacramentos y promoción del culto. Los documentos que se han conservado muestran esta intensa actividad pastoral (pp.574-619).

A la muerte del sacerdote Cluet (noviembre 1871) parece ser que José Manyanet fue nombrado regente. No se tiene constancia de la fecha del nombramiento pero en los libros parroquiales de Tremp hay testimonio de este encargo (1872).

En 1878 don Ramón Carrés es nombrado párroco de Tremp. Durante el largo intervalo (1871-1878) hay varios regentes de la parroquia, entre ellos José Manyanet y Juan Barber (uno de los primeros compañeros). Siendo regentes debían presidir la celebraciones comunitarias y eran responsables de la marcha de la parroquia.

Administrador de un hospital

El Hospital de Tremp era gobernado por una junta de administradores. No sabemos la fecha exacta, pero hay constancia de que José Manyanet fue nombrado administrador y presidente de la junta de administración del Hospital de Tremp en 1965.

Las órdenes de admisión al hospital son escritas por el médico que envía a los enfermos, a veces con el visto bueno del alcalde, a las que Manyanet añade también su visto bueno con los días de estancia en el hospital.

Algunas de estas admisiones están manuscritas por Manyanet. Las relaciones de gastos son hechas por los diversos proveedores o la directora del hospital, salvo alguna que está totalmente manuscrita por Manyanet, todas con su visto bueno. Las facturas de los acreedores eran revisadas por el administrador Manyanet, anotando la orden de pago (pp.666-764).

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