martes, 3 de septiembre de 2013

Familiar del obispo de La Seu d´Urgell, por Sergio Cimignoli

Terminada la filosofía en el seminario de Lérida, José Manyanet se trasladó a Seu d’Urgell, sede de la diócesis a la que pertenece Tremp, para continuar los estudios de teología. Aquel año había sido reabierto el seminario por el nuevo obispo José Caixal, que llegó a ser para José un padre, un consejero y un punto de referencia.

Desde el primer encuentro lo acogió con amabilidad y, sabiendo que era pobre y, no obstante las dificultades, continuaba en los estudios, lo acogió como familiar en el palacio episcopal. A cambio le ofrecía la manutención y asumía las mensualidades para todos los estudios teológicos. José respondió con gratitud a la generosidad del obispo. "Desde aquella fecha nada hice ni emprendí sin el consentimiento y la paternal aprobación de mi virtuoso prelado y padre espiritual a la vez".

De este modo entró en la familia del obispo formada por entre siete y nueve personas (un vicario general, un secretario, un mayordomo, un paje ayuda de cámara y otro sacristán, un cocinero, un criado y un portero).

La vida de palacio estaba regulada por el ritmo de una verdadera comunidad religiosa: todos asistían a la misa y a las actividades comunes de la casa con puntualidad, casi al toque de campana. Existía un reglamento, Plan de Palacio, que tenía que ser cumplido puntualmente: "No se dirá de tú a nadie, ni aún a los criados, y se amarán todos en Jesucristo... Tratarán con especial atención a los forasteros que vengan a visitar al señor obispo; entrarán luego el recado y se abstendrán de toda altivez y falta de crianza".

Estaba previsto el llamado silencio monástico: "No levantarán nunca la voz, guardarán silencio desde que concluya la recreación por la noche hasta la hora del desayuno al día siguiente; si fuese necesario decir algo, será en voz baja y no más que lo indispensable".

Y todo esto en actitud de servicio hacia los otros, no como un mundo cerrado en sí mismo:

"Los familiares sacerdotes no se contentarán con las obligaciones de su particular oficio, sino que, en cuanto éstas lo permitan, confesarán, predicarán, visitarán los enfermos y las cárceles, enseñarán el catecismo, etc. Los no sacerdotes, además de dar ejemplo y de confesarse y comulgar al menos una vez por semana, también procurarán encaminar al cielo a los demás; evitarán visitas".

El Plan de Palacio describía detalladamente la responsabilidad de cada uno. ¿Qué obligaciones en concreto tenía José como familiar o paje del obispo? Lo encontramos en el citado reglamento: "El paje —dice el artículo 18— alternará con el ayuda de cámara en la lectura (durante la comida y la cena), en servir a la mesa y en la guarda del antesala. Cuidará, además, de la sacristía, de sus vasos, ornamentos pontificales, etc., y correrá a ver lo que se ofrece al prelado al primer campanillazo que oiga".

Estos años fueron claves para la formación de José Manyanet y para su decisión de fundar dos comunidades religiosas.

Fuente: Josep Manyanet, desde Nazaret un profeta para la familia, por Sergio Cimignoli, S.F.

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