miércoles, 4 de septiembre de 2013

El heroísmo de lo cotidiano, por José María Blanquet, S.F.

La espiritualidad del padre Manyanet se inspira en la vida oculta de Jesús con María y José en Nazaret. Manyanet aprendió del Maestro la gran lección de la Encarnación: la humillación, el pasar desapercibido, humilde y constante en el cumplimiento de la voluntad de Dios y precisamente en una vida sin novedades sobresalientes.

Jesús nos enseña a descubrir en el encuentro con las personas y en el amor con que hacemos las cosas cotidianas y sencillas, el verdadero secreto de nuestra realización y fidelidad a la voluntad de Dios.

En los proyectos de vida de Manyanet, sobresale la espiritualidad propia de un sacerdote y religioso entregado calladamente a la acción, pendiente de la marcha del colegio, obligado a dar clases, a seguir a los muchachos a lo largo de la jornada, a lo que se añadía la preocupación por las nuevas fundaciones, por la marcha general de las congregaciones y por las formación de las religiosas y de los religiosos, pero "viviendo" siempre en Nazaret.

Trabajo y presencia de Dios, donación y ratos de intimidad con Jesús, María y José, se hermanan. Para conseguirlo, Manyanet recurría a una forma de oración entonces y todavía hoy muy válida, sobre todo cuando estamos agobiados por múltiples ocupaciones: las jaculatorias o formulaciones breves salidas del corazón, especialmente de los Salmos.

Manyanet es un servidor de Dios y del prójimo que no pierde ni un minuto. Un plan de vida así, cumplido día tras día, representa un heroísmo escondido, que es precisamente el heroísmo de la virtud cristiana, el heroísmo de la santidad inspirada en Nazaret.

Los puntos de su Método de vida, nos ilustran sobre su vida, en especial porque no son "un momento heroico", sino la instantánea del cumplimiento sencillo del deber de cada día... Hay que decir que son la palabra viva y el "retrato espiritual del padre", como dijo el padre Mullol al publicarlos en el año 1904 con motivo del tercer aniversario de su fallecimiento.

Fuente: José Manyanet. Profeta de la Familia. José María Blanquet - J. Piquer.

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